Partamos de una base: Como especialistas en branding, nuestro trabajo va mucho más allá de lo visual. El diseño es un servicio fundamental para crear una marca sólida y que conecte con la audiencia. Por eso, es vital que los profesionales mantengamos nuestro conocimiento fresco y relevante.
Con esto en mente, este mes asistí al primer Encuentro de Identidad, Marca y Branding, organizado por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué me llevé del evento? ¿Cuáles fueron los puntos fuertes? Te lo cuento en esta nota.
La Investigación como pilar del branding estratégico
Una de las primeras lecciones recordadas en estas charlas es que, como diseñadores, no podemos basar nuestras decisiones solo en el instinto o en lo que «se ve bien». Para crear una marca efectiva, necesitamos realizar una investigación exhaustiva sobre nuestro cliente, sus valores y el mercado en el que opera.
En este enfoque, se evalúan factores internos y externos, oportunidades y desafíos, para entender cómo una marca puede destacarse. Si bien el diseño gráfico puede parecer subjetivo, lo cierto es que debe estar basado en datos y evidencias concretas que aseguren que las decisiones estéticas tengan una base estratégica.
¿Por qué y para qué en branding?
En este contexto, en la charla sobre «Branding en Moda», se destacó la importancia de preguntarse el «por qué» y el «para qué» de cada elección de diseño. Cada pieza gráfica debe tener un propósito claro, ya sea reforzar la identidad de la marca, captar la atención de un nuevo público, o comunicar un valor clave. Subirse a tendencias porque sí puede llevar a la estandarización de la comunicación, y por lo tanto, se da el efecto contrario al que buscamos.
En este sentido, desde la Dirección de Imagen de la marca argentina Jazmín Chebar, ejemplificaron esto con campañas en la que no se veía ropa, pero sí elementos pertinentes únicamente a la marca que daban cuenta de la llegada de una nueva línea.
Crear una marca con una identidad visual coherente
Para crear una marca que tenga éxito, su identidad visual debe ser coherente con su ADN. Esto significa que cada decisión gráfica, desde los colores hasta la tipografía y los elementos visuales, debe reflejar los valores fundamentales de la marca. En este sentido, no se trata solo de «hacer que se vea bien», sino de crear una narrativa visual que conecte con la identidad de la marca y su público a un nivel más profundo.
Si una marca no se comunica de una cierta manera, el diseño no debería hacerlo en su nombre. Este principio es fundamental cuando estamos diseñando para marcas que buscan ser fieles a su identidad original, pero también quieren evolucionar para mantenerse relevantes en un mercado en constante cambio.
Equivocarse rápido y aprender mejor
Otra enseñanza clave fue la importancia de «equivocarse rápido y aprender». En diseño, es esencial ser ágil y aceptar que no siempre vamos a tener la solución perfecta en el primer intento.
De hecho, es a través del ensayo y error que muchas veces se encuentran las mejores soluciones. Sin embargo, este proceso no significa ser impulsivo o descuidado; al contrario, se trata de iterar rápidamente, probar ideas y adaptarlas según el feedback.
En nuestros proyectos con clientes, este enfoque es crucial. Cuando trabajamos de manera colaborativa, inevitablemente habrá ajustes y correcciones. Lo importante es no temer a estos cambios y entender que son parte del proceso creativo.
Lo que no debemos hacer es caer en la «tierra de nadie» del diseño a medias tintas; si vamos a proponer una idea, debemos comprometernos con ella, llevarla a fondo y defenderla cuando sea necesario
Diseño y branding: Más allá del producto
Subproductos y experiencias como parte del branding
Uno de los puntos más interesantes que surgió durante las charlas fue la idea de que el branding no se limita al producto principal. Los subproductos (elementos como empaques o detalles adicionales) también forman parte de la identidad de una marca.
Es importante encontrar oportunidades para crear estos pequeños detalles que, aunque parezcan insignificantes, refuerzan el branding y crean conexiones emocionales con los consumidores.
Cada interacción con una marca es una oportunidad para construir su identidad, y estos «extras» pueden ser una forma eficaz de destacar en un mercado saturado.
Personalización como estrategia de diferenciación
Otro concepto que se destacó fue el de la personalización. Hoy en día, los consumidores no solo buscan productos, sino experiencias personalizadas que se sientan únicas para ellos.
Como diseñadores, debemos integrar este concepto en cada proyecto. La personalización no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también crea una conexión emocional más fuerte con la marca.
Branding digital: Innovación y adaptación constante
Branding: ¿Solo identidad visual?
En la segunda jornada del evento, se discutió la evolución del branding en el entorno digital. Una de las lecciones clave fue que el branding no se limita a la identidad visual. Si bien el logotipo y los colores son importantes, lo que realmente define una marca son sus valores y cómo los comunica en diferentes plataformas.
Esto significa que, como diseñadores, debemos ir más allá de lo tradicional y explorar nuevas formas de contar historias a través de elementos visuales, pero también auditivos y narrativos.
El branding digital nos ofrece la oportunidad de utilizar múltiples formatos para comunicar los valores de una marca, desde visuales interactivos hasta experiencias sonoras. Esto es especialmente relevante en el mundo digital, donde la competencia por la atención es feroz, y cada detalle puede marcar la diferencia.
Cuestionar el branding existente
Otra lección clave fue la importancia de cuestionar el branding existente. A veces, el problema con un diseño no es el diseño en sí, sino la base de la identidad de marca en la que se está trabajando.
En estos casos, es fundamental tener el coraje de romper con lo establecido y redefinir la identidad de la marca si es necesario.
En mis proyectos con clientes, esto se traduce en la capacidad de proponer cambios más radicales cuando sea necesario. Si un cliente siente que su marca se ha estancado o que no está conectando con su público, puede ser el momento de revisar su identidad y adaptarla. Esto no siempre es fácil, pero puede ser la clave para revitalizar una marca y cambiar la percepción del público.
Crear una marca para el cliente del cliente
Uno de los puntos que surgió en las discusiones fue que, como diseñadores, no solo trabajamos para nuestro cliente directo, sino para el cliente del cliente.
Esto significa que nuestro enfoque no debe limitarse a satisfacer las expectativas inmediatas de quienes nos contratan, sino en crear soluciones que resuenen con el público objetivo de ellos.
Esto requiere una comprensión profunda de las audiencias secundarias y la capacidad de anticipar cómo interactuarán con el diseño. Por ejemplo, cuando diseñamos un empaque para un producto, no solo debemos pensar en cómo lo verá nuestro cliente, sino en cómo lo percibirá el consumidor final en el punto de venta.
Esta mentalidad asegura que nuestro diseño no solo sea estéticamente atractivo, sino que también cumpla con los objetivos comerciales a largo plazo.
Somos apasionados del diseño
Después de dos jornadas llenas de diseño y branding, reafirmo la importancia de encontrarnos entre profesionales.
Es necesario trabajar en equipo, reunirnos con colegas, escucharnos. Sobre todo, porque ser diseñador es una profesión activa que nos trae novedades constantemente, aunque siempre es bueno volver a las bases.
Volver a la facultad que me formó, recordar que el pensamiento crítico y las búsquedas audaces son las que mantienen viva nuestra pasión. Porque eso somos: apasionados del diseño y del poder del branding para comunicar y conectar.
¿Querés seguir todas las novedades de marketing digital? Te invitamos a seguir leyendo nuestro blog.